Resumen
Esta conferencia nos propone un itinerario reflexivo en torno a una serie de puntos: el tiempo -y la importancia de que sea humano-, el acompañamiento -porque la soledad no impulsa la transformación-, la propia práctica entendida como el saber y el hacer de cada educador-, el adiós a las clases y a la evaluación -de la clase expositiva al interaprendizaje, de la des-calificación a la responsabilidad-, el principio de totalidad en la educación -y no un sistema concebido como línea de montaje-, el principio de comunicabilidad -en tanto voluntad de comunicación-, el principio de confianza -porque la educación es ante todo un acto de fe-, el principio de identidad -porque es preciso reivindicar y dignificar el propio oficio- y el principio de esperanza, sin el cual no sería posible continuar.